Las elecciones legislativas del último domingo han dado un resultado que ha sido interpretado de diversos modos por oficialistas y opositores. Para los simpatizantes del gobierno de Cristina Fernández de Kichner (CFK) fue una victoria contundente; mientras que para la oposición, una aplastante derrota del oficialismo.

El kichnerismo sigue siendo la fuerza política más votada en el país y, por supuesto, mantendrá el control parlamentario en lo que resta del gobierno. A pesar de eso, lo que sí es seguro es que toda posibilidad de reelegir a CFK se ha desvanecido. El número de escaños obtenidos no permite realizar el cambio constitucional necesario para una segunda reelección. Para realizar un cambio constitucional se necesita la aprobación de dos tercios del Congreso, es decir, 172 diputados y 48 senadores. El domingo, el oficialista Frente para la Justicia obtuvo 131 diputados y 40 senadores.

Diez años después de la llegada de Nestor Kichner a la presidencia, todo parece indicar que en las siguientes elecciones no será un miembro de esta familia quien asuma la presidencia.

Al mismo tiempo, al oficialismo le ha aparecido un candidato opositor que se perfila como un claro competidor en las siguientes elecciones presidenciales del 2015. Pero el candidato opositor no viene de una cantera distinta; por el contrario, es un reconocido peronista y kichnerista disidente: Sergio Massa. En las últimas elecciones, triunfó en la provincia de Buenos Aires. El actual alcalde del municipio de Tigre, y diputado electo, fue muy cercano al kichnerismo, tanto que, entre el 2008 y 2009 fue jefe de Gabinete de Ministros de Cristina Fernández. En el 2010, wikileaks reveló que Massa le manifestó a los funcionarios norteamericanos que Nestor Kichner era “perverso” y “cobarde”, mientras que “Cristina se desempeñaría mucho mejor sin su esposo”. Massa ha negado estas afirmaciones.

Las elecciones han significado una nueva configuración del mapa político y el inicio anticipado de la carrera presidencial. Mientras ese día llega, la presidenta, por ahora en recuperación, tendrá que enfrentar la escasez de divisas, la inflación, la necesidad de reducir el desempleo y reducir la pobreza que afecta al 20% de su población.

Mientras tanto la política argentina sigue estremeciéndose. La Corte Suprema declaró, 48 horas después de las elecciones, constitucional la ley de medios. La citada ley prohíbe poseer más de 10 licencias de radio y televisión abierta y el Clarín tiene 12. En mérito a esta ley, El Clarín tiene un año para vender los medios que exceden al número permitido. Esta ley inaugura un nuevo capítulo entre los desencuentros del gobierno argentino y El Clarín. Analistas argentinos, opositores al gobierno, han advertido que el kichnerismo no está muerto y han enfatizado que aún tienen el control del congreso, aunque con menor capacidad de acción.