EEUU, la NRA y la venta de armas
cuando se dispara a la razón
En menos de una semana, dos tiroteos han alterado, nuevamente, la tranquilidad de dos estados norteamericanos. El 1 de noviembre, un joven de aproximadamente 23 años, provisto de un rifle de asalto, realizó 12 disparos en el aeropuerto de Los Ángeles; como resultado, hay un muerto y, al menos, siete heridos. Tres días después, un joven de 20 años realizó siete disparos en el centro comercial Garden State Plaza de New Jersey. A pesar de los disparos, no hubo heridos. Las autoridades creen que el sujeto -que vestía de negro, usaba casco y llevaba un rifle- realizó el ataque para buscar ser asesinado por la policía. Una forma poco usual de suicidarse.
Lamentablemente, este tipo de atentados no son tan extraños en los EEUU, nótese que las personas involucradas en estos incidentes no son personas con antecedentes penales o policiales. Ambos portaban, además, no un revolver o una pistola; sino, rifles de asalto.
Y es que Norteamérica tiene un serio problema con las armas y un irracional apoyo de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, pos sus siglas en inglés). Muchas de las armas que son vendidas en EEUU son importadas desde otros países; por eso, el presidente republicano G. W. Bush prohibió la importación de armas que no son para uso deportivo, en el año 1989. Nueve años después, el presidente demócrata Bill Clinton reforzó la prohibición. Son, precisamente, estas armas importadas las que se han usado en múltiples tiroteos. A pesar de ello, los legisladores pro armas lograron clasificar muchas armas de asalto como “deportivas” (lo que las exime de la prohibición), empezaron a importar armas por partes y hacer modificaciones pequeñas de diseño para evadir las restricciones.
El lobby de la NRA es tan fuerte que presiona tanto a demócratas como republicanos. Su argumento jurídico más sólido es la segunda enmienda de la constitución de 1791: “Siendo necesaria una Milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a poseer y portar Armas, no será infringido.” Pero el contexto en el que se aprobó esta enmienda es, completamente, diferente al de los EEUU de hoy. Un cambio constitucional –a través de una enmienda- que termine con este problema requiere de un gran consenso político, pues los dos caminos no son nada sencillos: a) la aprobación de 2/3 de ambas cámaras deben apoyar la reforma y 3/4 partes los Estados deben ratificarla o b) la aprobación de 2/3 de los Estados, quienes convocan a una convención constituyente y 3/4 partes de los Estados deben ratifican la reforma. Este es el gran impedimento para terminar con la venta de armas norteamericanas.
La facilidad con que se adquiere un arma en los EEUU es un problema alarmante. Estas armas, como el rifle WASR – 10 semiautomático, son utilizadas por los delincuentes norteamericanos. El problema de las armas no es solo un problema norteamericano; pues, el narcotráfico mexicano – y sus ejércitos- toman provisiones de armamento en alguna de los 80 000 vendedores de armas que existen en la frontera. La AK- 47, por ejemplo, es el arma predilecta de los cárteles mexicanos, tanto que en México ha sido rebautizada como el “cuerno de chivo”. Precisamente, el 70% de armas incautadas al narco mexicano vienen de los EEUU.